Ayer, en el intermedio de la retransmisión del partido de la Liga de Campeones pude escuchar, apenas unos instantes, como música de fondo del patrocinador una obra que hacía tiempo no escuchaba, y que fue uno de mis clásicos favoritos de juventud.
Y no era otro que el «Concierto para piano Nº 1» de «Tchaikovsky» o Chaikovski. Apenas sonaron unos pocos acordes, pero suficientes para rememorar aquellas horas de audición entrañables en la penumbra de mi cuarto de la calle San Miguel Alta.
Con menor predicamento en el cine que otras obras del mismo autor, como sus ballets «Cascanueces», «El lago de los cisnes», etc., la «Obertura 1812», la «Marcha Eslava» o la «Sinfonía nº 6» (Patética), entre otras, este concierto también ha sido empleado en la BSO de alguna película, tal como «La gran mentira» (1941), con Bette Davis, «Casi un ángel» (1941), con el genial Charles Laughton, o «Song of Russia» (1944), con Robert Taylor.
Dejo aquí el Primer movimiento «Allegro non troppo e molto maestoso«, que es el más conocido, en una interpretación del pianista ruso «Sviatoslav Richter» con la «Orquesta Filarmónica de Berlín«, dirigida por «Herbert von Karajan«. Espero que sea de vuestro agrado.
Concierto para piano Nº 1 – Tchaikovsky (S. Richter / H. V. Karajan)
Animado por el comentario y posterior llamada telefónica de mi amigo Luis Herrero, felicitándome por «Oblivion» y Piazzolla, no puedo sustraerme a la tentación de publicar otra entrada dedicada a Astor Piazzolla. La tenía reservada para más adelante, como homenaje a mi padre, don Sebastián, gran amante del tango, aunque él, por su edad era más de Gardel y Acuña, pero estoy convencido de que si hubiera conocido a Piazzolla con más tiempo le habría cautivado como a su hijo pequeño.
Yo escuchaba tangos clásicos junto a él en aquella vieja cassette monoaural Philips, sin Dolby ni nada que se le pareciera, y con él empecé a sentirlos muy dentro del alma. Hay algo argentino muy particular, y sudamericano en general, dentro de este español que os escribe, que aún no sabe exactamente qué es, pero que arrastra irremediablemente su corazón al otro lado del Charco, que quizás algún día cruce. A Piazzolla lo descubrí tardíamente, cuando mi padre no estaba ya con nosotros. Me hubiera encantado poder compartirlo con él también. Lo primero que pude oír del gran compositor argentino, hace unos cuantos años, fue su «Adiós Nonino» en un arreglo para guitarra interpretado por el también argentino y gran compositor Jorge Cardoso, y sin saber que lo compuso en memoria de su padre fallecido, de inmediato sentí su profundo sentido de elegía. Es lo más parecido a lo que a mí me hubiera gustado componer a mi padre, si además de poseer el don de interpretar, más mal que bien, la guitarra clásica hubiera tenido el de componer, aunque fuera sólo mal. Pero no podemos tenerlo todo, para eso nacieron Piazzolla y otros grandes de la música, que voy dejando poco a poco reflejados en en este modesto blog.
Daniel Piazzolla, hijo del compositor, dijo refiriéndose a esta obra:
«Papá nos pidió que lo dejáramos solo durante unas horas. Nos metimos en la cocina. Primero hubo un silencio absoluto. Al rato, oímos que tocaba el bandoneón. Era una melodía muy triste, terriblemente triste. Estaba componiendo Adiós Nonino«.
Existen muchas y variadas versiones de este tango, considerado por muchos como la obra cumbre del compositor, que en 1990 llegó a decir que era su tango número uno, y que había intentando en vano superarlo en varias ocasiones sin conseguirlo. Yo quiero dejar aquí dos nada más, una curiosa y muy bonita de un arreglo para cello y guitarra interpretada por Javier Albarés y Marisa Gómez, en su concierto de 2010 en la Basílica de San Juan de Baños (Palencia), y otra interpretada por el propio autor, para quien quiera escucharla en toda su dimensión. Merece la pena ver y escuchar la interpretación de Piazzolla al bandoneón y su violinista, sin desmerecer al resto del quinteto. Fantástico.
Adiós Nonino – Javier Albarés (cello) y Marisa Gómez (guitarra)
Adiós Nonino – Astor Piazzolla y su Quinteto Tango Nuevo
Pido disculpas por lo extenso de esta entrada, pues al final me he puesto nostálgico como un tango, y ademas «amenazo» con volver a publicar sobre música sudamericana, que hay mucha y muy buena.
Ante en próximo estreno de la película «Oblivion», del director Joseph Kosinski e interpretada por Tom Cruise, me viene a la mente un hermoso tango del mismo nombre, del compositor argentino «Astor Piazzolla«. En los cincuenta y sesenta, los más puristas tanguistas dijeron de él que era «el asesino del tango«. Piazzolla les respondió que lo que él componía no era tango sino «música contemporánea de Buenos Aires«. Y nos dejó una serie de partituras de esa «música contemporánea» de una belleza muy particular. En próximas entradas del blog las iré sacando a la luz.
Hoy dejo aquí «Oblivion«, que en español sería algo así como «Olvido». Paradójicamente un tango para no olvidar. Se trata de una versión, en lo que parece una interpretación del propio Piazzolla al bandoneón.
Y otra versión bailada con gran elegancia por Claudia Miazzo y Jean Paul Padovani, en la interpretación de «Ensemble Tanguísimo«. Espero que sea de vuestro agrado.
Y como hoy sigo romántico y veneciano, pues más Venecia y más romanticismo…, aunque en esta ocasión con un clásico contemporáneo y vivo, pues a sus 84 años el compositor italiano Ennio Morricone afortunadamente sigue con nosotros.
Famoso por ser el autor de la música de más de 500 películas y series de TV, el año 1986 nos dejó una deliciosa banda sonora en la cinta «La misión«, de Roland Joffé, interpretada en los papeles principales por Robert De Niro y Jeremy Irons. Dejo pues tres vídeos del tema principal «El oboe de Gabriel» o «Gabriel’s oboe«. Uno bajo la dirección del propio compositor, en la plaza de San Marcos de Venecia. Otro de la versión de la propia película, que si bien musicalmente no aporta nada nuevo al tema, me parece impresionante por la fe y el coraje del padre Gabriel, en su intento de aproximarse, y aproximar a Dios, a los indios guaraníes a través de la música. Y el tercer video es una versión extendida, a cargo del oboísta Henrik Chaim, que me parece muy digna de estar en este blog.
Hay quien ha querido ver en esta película una crítica a la misiones españolas en Sudamérica; sin embargo a mí, por el contrario, y la he visto varias veces, me parece un canto a la Fe, con mayúsculas, al Valor y al Amor a los semejantes, aunque lleven la cara y los pelos pintados, y el trasero al aire… Es cuestión de opiniones, o de con lo que cada uno quiera quedarse del film.
El oboe de Gabriel – Ennio Morricone
«Gabriel’s Oboe» – Henrik Chaim Goldschmidt
(The Faroe Islands Philharmonic Orchestra)
Hoy vamos a traer al blog el «Adagietto» de la Sinfonía Nº 5 de Gustav Mahler, música de la película «Muerte en Venecia«, de Luchino Visconti, además de otras producciones cinematográficas y de TV. Es romanticismo en vena, desde la primera nota hasta el acorde final. Merece la pena escucharlo de principio a fin, a pesar de sus más de ocho minutos de duración. Y cuantas más veces lo escuches más «colores» y matices descubrirás en la melodía.
He elegido, de entre las múltiples versiones existentes, una con imágenes de Venecia, que me ha parecido muy apropiada. Espero haber acertado en la selección.
Bueno, después de unos días en los que, por circunstancias, no he podido añadir nuevas entradas al blog, y un tiempo sin tocar la ópera, hoy quiero dejar aquí «Vesti la giubba«, aria de la ópera «Pagliacci» (Payasos), de Ruggero Leoncavallo, que habréis escuchado en la B.S.O. de las películas «A Roma con amor» (2012) o «Los intocables de Eliot Ness» (1987), entre otras. Su belleza y dramatismo no admiten demasiados comentarios, así que no los haré.
Únicamente, para quienes no conozcan la trama de la obra, basada en hechos reales, decir que Canio (Plagiaccio) debe prepararse para el espectáculo tras descubrir que Nedda (Colombina), su esposa, lo engaña con alguien de la compañía de payasos ambulantes, y a pesar de su dolor debe vestirse y maquillarse para el público (que paga y quiere reír), sin importar la tragedia que lleva en su interior.
La versión es del gran tenor Luciano Pavarotti, con subtítulos originales en italiano. Espero que os traspase el corazón, como me lo traspasa a mí cada vez que la escucho.
Como parte de la Banda Sonora de varias películas, hoy quiero dejar aquí el Vals Nº 2 de la Suite de Jazz Nº 2, del compositor ruso Dimitri Shostakovich. No voy a decir nada más, pues el vals habla por sí solo.
Vals Nº 2 de la Suite de Jazz Nº 2 – Dimitri Shostakovich
Hoy volvemos a J.S. Bach, con un regalo que hizo a su segunda esposa Anna Magdalena, «El Pequeño libro de Anna Magdalena Bach» o «Cuaderno de clave de Anna Magdalena Bach«.
En realidad son dos cuadernos de notas manuscritos compuestos por anotaciones musicales de diferentes géneros, que datan de 1722 y 1725. El título «Libro de Anna Magdalena» se suele utilizar para referirse al último de ellos, el cual ofrece una interesante compilación de piezas fáciles que nos muestran como era la música doméstica en el siglo XVIII y de los gustos musicales de la familia Bach.
La que os dejo es una de ellas.
Minueto en Sol Mayor – J.S. Bach (K’rlos Andrés Marín)
Si estáis interesados en las partituras las podéis encontrar aquí (son de dominio público):
Archiconocida es la bagatela «Para Elisa» de L.V. Beethoven, y también utilizada en diversas bandas sonoras, como la de la inquietante película, basada en la novela de Ira Levin, «La semilla del diablo» (1969), del director Roman Polanski, con Mia Farrow en el papel protagonista.
Os recomiendo, si veis la película o leéis el libro, que no sea por la noche y no estéis solos, pues luego os va a costar dormir. La obra musical, desde luego, nada tiene de terrorífica. Así que aquí la dejo.
Para Elisa (bagatela para piano) – L.V. Beethoven
Con ella quiero también para dar la bienvenida a Fernando A. y familia, nuevo/s seguidor/es del blog desde el 09/01/2013.
Retomando la guitarra y la música de cine, hoy quiero dejar aquí una bonita obra de connotaciones hispano-portuguesas, aunque parezca lo contrario. En concreto es una versión para guitarra de una zarabanda de Georg Friedrich Haendel (tema del cuarto movimiento de su suite en Re menor para clavecín), que Stanley Kubrick utilizó en la banda sonora de su película «Barry Lyndon«.
Aunque a simple vista, u oído, pudiera parecer una melodía germánica o anglosajona, en realidad se trata de una variación de «La Folía«, una música cuyos orígenes son netamente hispano-lusos. Quien esté interesado en profundizar en el tema puede pulsar en el link de su nombre. Y para los más curiosos dejo también una interpretación de «La Folía«, de Jordi Savall. La imagen del video es hispano-americana, ya que La Folía fue a su vez la que dio origen a las zarabandas de aquel Continente, allá por los comienzos del siglo XVI. (Recordemos que Haendel nació el 23 de marzo de 1.685, a finales del siglo XVII).
Zarabanda – Haendel (Guitarra – Rossfelder)
La Folía – Jordi Savall
Con ellas quiero también dar las gracias a Luis, amigo y nuevo seguidor del blog.
El Sitio de Pedroja 